La cuenta de Flor K: el arma secreta de Boudou para seguir impune
Sábado 19 de Mayo de 2012 14:46:38 |
Publicado por InformadorPúblico.comLa situación procesal de Amado Boudou una vez más pareció complicarse, debido a la difusión de una serie de viajes al exterior de Juan Bautista Boudou (hermano del vice) y José María Núñez Carmona, pagados por Old Fund, la sociedad controlante de la nueva Ciccone, presidida por Alejandro Vandenbroele.
Pese a que Boudou niega conocer a Vandenbroele, que éste le haya pagado a su hermano dos viajes al exterior -como anticipamos hace veinte días en esta columna- es un indicio fuerte. Aun cuando la relación entre Boudou y Vandenbroele no sea tan estrecha, si éste es testaferro de Núñez Carmona lo sería también con seguridad del vice. Además, surge ahora que se pagaron 30 viajes al mismo Núñez Carmona, cuyo abogado Diego Pirota fue el que recusó a Rafecas y Rívolo.
Todo esto apunta a la existencia de una tríada que se defiende en forma coordinada, integrada por Boudou, Núñez Carmona y Vandenbroele. Estos tres personajes también aparecen imputados por enriquecimiento ilícito en la causa que instó el fiscal Jorge di Lello, también a cargo de la investigación de la causa Ciccone-Boudou, que fue subsumida por la del enriquecimiento ilícito.
Cómo asegurarse
Sin embargo, el vicepresidente parece tener cierta tranquilidad, ya que guardaría en su manga algunos ases. Cuando Florencia Kirchner se radicó tres años atrás en los Estados Unidos para estudiar cine, pasó a manejar una cuenta con tarjeta de crédito de U$S 50.000 dólares por mes.
Los fondos para cubrir semejante gasto habrían sido provistos por Boudou, primero desde la dirección de la ANSES y luego desde el Ministerio de Economía. De este modo, el actual vicepresidente no sólo sería acreedor de este favor a CFK, sino que también conocería -hasta en sus íntimos detalles- las compras y los gastos de Florencia K y sus compromisos en los EEUU.
Desde ya que se trata de una carta fuerte para hacer valer frente a la presidente para que ella lo defienda prácticamente a cualquier costo. Tal vez envalentonado por esto, según una fuente, el vicepresidente habría dicho recientemente que si lo indagan a él, se van a tener que llevar puestos a unos cuantos altos funcionarios. Es que la vida diaria de Boudou está lejos de ser sencilla.
En el Senado actúa como un prestanombre, ya que, por expresas instrucciones presidenciales, las decisiones pasan por Miguel Ángel Pichetto y su grupo. Algunos senadores suelen ironizar que “en la presidencia del Senado hay mucho menos movimiento hoy que en la época de Cobos”, en referencia a que éste, aun aislado por el kirchnerismo, tenía más manejo que Boudou. Pero además éste debe fingir que no le importa que unos cuantos ministros y altos funcionarios lo denuesten permanentemente.
Lo más grave es que la presidente, resentida por todo lo ocurrido, no le atiende el teléfono. Claro que este sufrimiento es compartido con Nilda Garré y otros ministros y secretarios, condenados a no ser escuchados por la primera mandataria que, en su extraño estilo, tampoco les pide la renuncia, conformándose con humillarlos con su silencio como una prueba más de su estilo monárquico.
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