Este lunes se cumplen 170 años del fallecimiento del prócer, quien partió de este plano un 17 de agosto en Boulogne Sur-Mer, en Francia. ¡Conocé su historia!
Se cumplen este lunes 170 años de la desaparición física del "Padre de la Patria", el general José de San Martín, quien no sólo liberó tres naciones, cruzó Los Andes y fue un integrante necesario para varias instancias de nuestro país, sino que al pasar a la inmortalidad dejó un legado que enaltece su figura.
José Francisco de San Martín y Matorras nació en Corrientes el 25 de febrero de 1778, pero ya de niño su pasión por las artes de la milicia lo llevó al Viejo Continente. Con apenas 11 años tenía dominio de tres lenguas, además de amplio conocimiento en matemática, historia, geografía y esgrima, entre otras actividades que aprendió en un establecimiento educativo de la ciudad española de Málaga.
Su corta edad no le impidió ser cadete del Regimiento de Murcia, que justo en 1789, con la Revolución Francesa en ebullición, tuvo que enfrentarse en batallas contra el ejército de Napoleón y los moros en el norte de África.
Una huella imborrable
Ya de regreso en la Argentina, en 1812 con el grado de teniente coronel, San Martín creó un batallón especial que fuera no sólo su ejército, sino que también el del futuro del país. Así fundó el Regimiento de Granaderos a caballo. Mientras estaba en plenas prácticas, conoció a la joven María de los Remedios de Escalada, con quien se casó meses más tarde.
Junto con los granaderos tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo, donde, a pesar de contar con mucha menos cantidad de hombres que el enemigo, lo derrotó en escasos 15 minutos con la denominada "técnica de pinza".
A esa altura tenía una obsesión grande: el Plan Continental. Se trataba de la liberación del continente de los realistas que lo dominaban desde hacía siglos. Con la ayuda de otros patriotas, como Manuel Belgrano o Martín Miguel de Güemes, se armó un bloque que logró la independencia de la Argentina en 1816 en el Congreso de Tucumán y luego continuó con una de las proezas más grandes de la historia bélica mundial: el cruce de Los Andes.
La batallas victoriosas de Chacabuco y Maipú (1817 y 1818) le dieron la liberación de Chile y a continuación llegó su viaje a Perú, donde también pudo libertar al pueblo del dominio godo.
Su adiós
A medida que sus logros aumentaban, su salud empeoraba y las guerras civiles en nuestro país hicieron que le "entregara" su ejército a Simón Bolívar. Tras volver a Buenos Aires, no pudo asistir al velorio de su mujer, por lo que decidió viajar a Europa.
Dolido por las noticias que llegaban desde Buenos Aires, el Libertador pasó sus últimos años en la localidad francesa de Boulogne Sur-Mer, donde, a las 15 del 17 de agosto de 1850, dejó de existir de manera física para pasar a la inmortalidad de los grandes próceres de nuestra historia.
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